martes, 2 de abril de 2013

El neo-paganismo

   En los años 50 del siglo pasado, un inglés llamado Gerald Gardner revelaba al mundo una religión neo-pagana conocida hoy en día como wicca. Decía haber sido iniciado años antes en una tradición de brujería (entendida como religión) por una mujer y se suponía que dicha tradición era heredera del antiguo paganismo europeo. En realidad, esa wicca temprana era un derivado de prácticas rosacrucianas más que una auténtica tradición de brujas europeas ya que Gardner fue muy influenciado por Aleyster Crowley (al cual conoció personalmente). Se trata de una religión mistérica e iniciática. Es decir que para pertecer a ella, hay que ser iniciado en un grupo (llamado coven) reconocido.
   Pero lo importante, en lo que a este artículo atañe, es que el neo-paganismo acababa de nacer. De forma pública al menos puesto que el neo-druidismo tenía ya seguidores desde el siglo XVII aunque la mayoría de los escritos a su disposición no fueran más que un amalgama de despropósitos.
   Desde entonces las cosas se han ido desarrollando de una forma extraordinaria. No solo hablamos ya de wiccanos y de neo-druidas. La wicca de Gardner se ha ramificado en un sin fin de tradiciones diferentes, sobre todo a partir de los años 70. Otro inglés, Alex Sanders, que no fue iniciado por Gardner, creo su propia forma de wicca, la wicca alejandrina.
   Después de eso llegaron
 - la wicca diánica (básicamente feminista)
 - la wicca correliana (mezcla en un principio de creencias wiccanas y amerindias)
 - la

lunes, 28 de mayo de 2012

domingo, 23 de octubre de 2011

Trabajo del cuero: una vaina para mi nuevo athame

Hace muy poco, mi amigo JoseVi ha tallado para mi un maravilloso athame de madera de roble. Se trata de un tremendo trabajo totalmente manual que valoro más allá de lo que puedo explicar. Y me parecía justo preparar yo mismo una vaina digna para esta herramienta mágica.

De camino, aprovecharé para explicar cómo coser cuero con el punto de guarnicionero. He elegido este punto por ser uno de los más fáciles de realizar y de los más resistentes.

Estas son las herramientas básicas que usaré para confeccionar la vaina:

 - Un trozo de cuero grueso. En este caso, aproveché una caída de un bolso que me salió mal. Tiene 0,4 cms de grosor.
 - Un cutter ancho.
 - Agujas especiales para cuero.
 - Hilo encerado de un color parecido al cuero usado.
 - Un lápiz grueso.
 - Una regla.
 - Una pinza saca-bocados.

Aunque en las fotos aparece un punzón, desistí de usarlo prefiriéndole la pinza saca-bocados puesto que no necesitamos que la costura quede estanca, En otros trabajos, preferiría el punzón. Al hacer agujeros más pequeños que el hilo, la costura queda estanca y más segura. Pero aquí lo haremos más fácil.






Lo primero será dibujar en el reverso del cuero (el lado que no es liso) la forma de la hoja del athame. Como esta hoja tiene un grosor de un centímetro, ampliamos la forma dibujada en el cuero para dar la holgura suficiente. Digamos medio centímetro más de lo normal.



Repetimos el proceso para crear la parte trasera de la vaina. Con el fin de prever unas agarraderas de las que colgará la vaina (del cinturón, por ejemplo), dejamos en esta parte un trozo de cuero sin cortar.



Con la regla, vamos marcando en el reverso de la parte delantera, donde irán los agujeros más adelante. En este caso haremos una marca (alrededor de la forma ampliada de la hoja) cada 0,5 cms.



Viene ahora la parte más laboriosa. Con la pinza saca-bocados, vamos haciendo los agujeros esforzándonos para seguir las marcas lo más regularmente posible (no es tan fácil como parece si no tenemos costumbre).



Una vez hecho esto, ponemos la parte delantera sobre la trasera, reverso contra reverso. Con un boli o lápiz, vamos marcando cada agujero sobre el otro trozo de cuero. Lo hacemos de esta forma para asegurarnos de que los agujeros coinciden en cada una de las dos partes. Si no, podríamos llevarnos una desagradable sorpresa a la hora de coserlas.
Yo he marcado los puntos sobre el anverso del cuero (la parte lisa) solo para que quede más claro.




Ahora debemos hacer los agujeros en esta parte.



Ha llegado el momento de coser. Para ello cortamos un trozo de hilo encerado cuatro veces más largo que el recorrido de los agujeros y enebramos una aguja en cada extremo.


Es difícil explicar el punto de guarnicionero con palabras. Así que mejor os dejo una imagen.

Es importante ir tirando fuertemente del hilo en cada puntada para que la costura quede más fuerte y segura.




Al haberme quedado corto en el largo del hilo engrasado, yo he cosido primero un lado y después el otro. Luego he atado los hilos abajo (en la punta) cuidando de hacerlo en el reverso de la vaina para que no se noten los nudos. Quizás mi error no fuera tal puesto que así el nudo es mucho menos visible.

Ahora recortamos con el cutter el exceso de cuero alrededor de la costura. Es mejor hacerlo poco a poco como quien pela una fruta para no pasarse cortando.



Aquí se ve que, gracias a la holgura prevista desde el principio, el athame cabe perfectamente en la vaina.



Pero cometí otro error. El cuero dejado para crear las agarraderas es claramente insuficiente (oye, que hace ya un tiempo que no hago algo así, entendedlo).
Se puede corregir facilmente cortando dos tiras de cuero y usando remaches y bucles.



Aquí tenemos ya la vaina acabada (aún sin adornar pero eso será para otro día).



Y protegiendo ya el athame.




Mi próximo trabajo será adornar la vaina y el athame con pirograbado. Pero eso aún tardará un poco.
Espero que os haya gustado y haber sido lo suficientemente claro.